¿ Has tenido alguna vez la oportunidad de adentrarte en el interior de una mina ? ¿ La sensación que se siente al acceder a las grutas en las que hace ya muchos años se trabajaba extrayendo minerales ? ( en este caso Wolframio)
Hoy te cuento cómo puedes visitar las minas de Navasfrías, sin duda, una experiencia para vivir en solitario o con familia ( a los niños les entusiasmará sentirse como el propio Indiana Jones)
¿Cómo llegar a Navasfrías?
Navasfrías se encuentra a 40 kilómetros de Ciudad Rodrigo por lo tanto es uno de los lugares que tienes que ver si dispones de días en tu visita.
Para llegar, cogemos la carretera de Bodón dirección Robleda, Villasrubias y Peñaparda, cogiendo el desvío y saliendo a la izquierda dirección a las minas antes de llegar a Navasfrías.
La vuelta a Ciudad Rodrigo podemos hacerla esta vez por Casillas de Flores, Fuenteguinaldo y El Bodón, para así conocer otras localidades diferentes de la comarca.
Visitar las minas de wolframio
Es una visita 100×100 recomendable para realizar un día con amigos o con la familia (los niños disfrutarán de lo lindo recorriendo galerías viviendo una gran aventura).
El acceso hasta las zona de las minas se hace en coche por un camino de fincas que no está del todo bien, pero yendo despacio no hay problema. Después se llega a un teso donde hay sitio de sobra para aparcar los coches, con una zona de mirador donde ya podemos apreciar perfectamente el paisaje.
Las minas de Wolframio se encuentran en un paraje natural espectacular, y ya únicamente el paseo desde el coche al acceso a las minas ( no más de un kilómetro ) merece la pena.
El primero de los pozos habilitados está abierto al público y es visitable. Es el que más abierto se encuentra, y nos sirve para un primer acercamiento a lo que vamos a encontrarnos.
Aunque uno de los pozos habilitados para la visita no requiere permisos especiales, puede concertarse el recorrido de la galería más extensa con el ayuntamiento de Navasfrías.
Para visitar el resto de las minas ( ya bajo tierra ) es necesario ponerse en contacto con Roberto, el encargado de enseñarlas, ya que, por seguridad, están cerradas con llave.
Su teléfono es: 635 849 325.
Las visitas pueden realizarse los martes y sábados, y hay que llevar concertada la cita antes de acudir.
Una vez que accedes a ellas, la sensación entre miedo y curiosidad te invade, y cuando empiezas a recorrer las galerías, encuentras pozos de agua, rincones con iluminación natural preciosos e incluso animales que viven en ellas (como los murciélagos).
Tras la visita, podemos seguir disfrutando de la naturaleza comiendo en un merendero habilitado junto al río, o acercarnos ya a Navasfrías para comer en uno de sus restaurantes.
¿Dónde comer en Navasfrías?
Una vez terminada la visita a las minas, cogemos la carretera a la izquierda y nos dirigimos a Navasfrías, donde podemos dar un paseo para conocer esta localidad minera y aprovechar para comer en uno de sus restaurantes.
En Lucanus 75 destacan por la carne morucha y la esencia micológica local.
Otras rutas de la zona
Por esta zona existen varias rutas de senderismo que son recomendables.
Nos quedamos, por su simbología, con la ruta de los contrabandistas, una ruta que nos lleva por caminos entre las localidades con la frontera portuguesa en los que, hasta hace escasos años se practicaba el contrabando de diferentes productos, convirtiéndose en un modo de vida para mucha gente de esta zona.
Es una ruta de 28 kms que termina en Navasfrías, y que transcurre por la zona de las minas, pasando por localidades como Alberguería de Argañán y Casillas de Flores.
¿Qué es y para qué sirve el wolframio?
Las minas de Navasfrías ya se explotaban en época Romana porque también se localizaron aquí yacimientos de oro, pero su momento de esplendor fue en la II Guerra Mundial, cuando las necesidades para la maquinaria de guerra subieron de manera impensable el valor de un mineral que hasta le fecha no tenía apenas importancia.
El wolframio es un elemento natural que utilizado en la fabricación de aceros sirve para mantener la dureza de estos materiales a elevadas temperaturas.
Por eso en tiempos de Guerra se utilizaba, por ejemplo en el blindaje de carros de combate y cañones para evitar que por el uso o los impactos pudieran derretirse.
Las explotaciones mineras más abundantes en este material se encontraban en el suroeste de Salamanca, el Bierzo y también en algunas zonas de Galicia.
El wolframio en la II Guerra Mundial
Debido a la importancia de la extracción del wolframio, su explotación se consolidó como una industria prioritaria para todos los bandos enfrentados y su tráfico y manipulación de información estratégica trataba por todos los medios de ocultar al bando contrario.
En España, la explotación minera del wolframio se transformó en obsesión entre 1935 y 1946.
Son los años de la fiebre del wolframio que aporta un rayo de esperanza a zonas deprimidas del oeste de la Península, desarrollándose un florecimiento comercial e industrial de éstas regiones pobres, llegando a trabajar en zonas de 100 hectáreas más de 1000 personas, que incluso pagaban por trabajar.
Los habitantes que vivían en torno a las explotaciones mineras intentaron aprovechar la coyuntura de todas las formas posibles.
La principal y menos arriesgada era la participación directa en la extracción del mineral a través de las empresas encargadas por el Estado en ese momento
Y la segunda y también más arriesgada, pero más lucrativa es dedicarse al comercio ilegal del mineral y del contrabando.
Hay que tener en cuenta que son los años de la posguerra española y todo vale para atender la disputa que mantenían por el wolframio los alemanes y los aliados.
Esto hace que se agudice la picaresca y, por poner un ejemplo, a veces pequeñas partidas de material se convierten en grandes tonelajes en cuestión de horas.
En contrapartida a esto, los clientes también hacen el pago de algunas ventas en dólares o marcos falsos.
Las minas de Navasfrías no eran las únicas en esta zona, ya que cerca, en la zona portuguesa, concretamente en Fundão se localiza la mayor explotación de wolframio de la península.
Esta cercanía propicia que, llegado un momento, incluso se normalizara el contrabando con Portugal y ambos intentan que, si el mineral lo pedía Inglaterra, se trasladaba desde España hasta Portugal para saliera hacia el bando aliado en barco, algo que la vigilancia de la dictadura franquista trataba de evitar a toda costa, ya que ellos querían hacer llegar el mineral español a la Alemania nazi.
Cuando el material viajaba para Alemania se traía desde Portugal hasta España que fuera legal.
¿Y qué pasó después?
Los años posteriores a la Guerra la demanda desciende, hasta que en 1949 con la Revolución Popular China y la Guerra de Corea se produce una nueva activación del mercado, volviendo a funcionar en España casi todas las explotaciones.
Los años siguientes vuelve a haber disminución de mercado y ni la retirada de China ni la guerra de Indochina pudieron incrementar las explotaciones.
De una u otra forma, lo cierto es que durante unas décadas la vida de Navasfrías y los pueblos del entorno giraron de manera inevitable alrededor de unas minas que, tras su cierre definitivo en 1975, ahora han sido recuperadas para su visita turística ya que pueden recorrerse sus enormes galerías.
En total la explotación cuenta con una veintena de galerías y unos 200 pozos que se excavaron para la extracción del wolframio.
Si os ha despertado tan solo un poco la curiosidad, no dudéis en realizar esta visita que, sin duda, no os dejará indiferentes.
Échale un vistazo al vídeo donde te explico muchas mas cosas
Y hasta aquí el reportaje sobre las minas de Wolframio de Navasfrías.