El Castillo de Cerralbo se encuentra sobre un altozano en la localidad que lleva su mismo nombre, perteneciente a la comarca de Vitigudino, en Salamanca. A mediados del siglo XIV María Adán, señora de Cerralbo, estaba casada con Sancho Pérez, un caballero de Ciudad Rodrigo que estaba enfrentado a la familia de los Garci-López, cinco de cuyos miembros acabaron dándole muerte.
Así comienza la leyenda de María Adán, señora de Cerralbo.
El castillo de Cerralbo
El recinto del castillo de Cerralbo es cuadrado, con grandes cubos en las esquinas redondos de cal y canto recubiertos de buena sillería y con saeteras, que son ventanas largas y estrechas que servían, además de para dar luz y ventilación, para disparar flechas o balas, lo que demuestra su carácter defensivo. El cubo mejor conservado es el llamado torreón de la yedra. Aún puede verse el lugar donde se encontraba la puerta principal del recinto, que estaba flanqueada también por dos cubos.
El castillo de Cerralbo estaba formado por dos recintos. El exterior se asentaba la mayor parte sobre un substrato rocoso y el interior se delimitaba con una serie de dependencias entorno a un patio central y se remataba también con cubos en los
ángulos.
Toda la fortaleza fue construida en mampostería de granito con mortero de cal con revestimiento de sillería.
Las troneras que se muestran en el castillo hacen ver que estaba preparado para el uso de la artillería de la época.
El origen del castillo de Cerralbo
Ya en 1369 durante las luchas entre Pedro I y su hermano Enrique II de Trastámara, el portugués Lorenzo Aval, partidario de Pedro I, tomó la plaza de Cerralbo obligando a Enrique II a intervenir, organizando una expedición desde Toro a la comarca de Ciudad
Rodrigo.
Mas tarde, en el año 1372 el rey Enrique II cedería el señorío de Cerralbo a la familia de los Pacheco.
La leyenda de Maria Adán
Después de que cinco miembros de los Garci-López dieran muerte a Sancho Pérez, su viuda, María Adán, como venganza, se enrolló cinco vueltas de soga alrededor del cuerpo, prometiendo no soltárselas mientras que los cinco Garci-López asesinos de su marido estuviesen vivos y ofreciéndose, además, en matrimonio, a quien les desafiase y les diese muerte.
A la proclama acudió Esteban Pacheco, un caballero portugués el cual retó a todos y cada uno de los cinco Garci López. Solo dos respondieron al desafío de Esteban Pacheco y los dos murieron a manos de este. Los otros tres implicados en la muerte de Sancho Pérez optaron por no comparecer en la arena, por lo que Esteban Pacheco se proclamó también vencedor.
Esteban Pacheco casó, entonces, con la viuda María Adán convirtiéndose así en el primer señor de Cerralbo, que reconstruyó este castillo. Como consecuencia María Adán se desató dos vueltas de soga, una por cada uno de los dos Garci-López muertos, pero continuó ciñéndose las otras tres vueltas hasta su muerte, manteniendo así el recuerdo de que aún quedaban con vida tres de los
asesinos de su marido.
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