En el corazón de Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, se alza majestuosa la Catedral de Santa María. Este impresionante edificio comenzó a construirse en el siglo XII bajo el mandato del Rey Fernando II de León, como testimonio del regreso del cristianismo tras la ocupación musulmana.
La Capilla de San Jerónimo: Orígenes y Fundación
Entre sus rincones más enigmáticos se encuentra la capilla de San Jerónimo, que fue erigida en 1562 como capilla funeraria gracias al canónigo Alonso Rodríguez. Con una inversión de 100 ducados, Rodríguez dejó claras instrucciones sobre su construcción: la capilla debía tener unas dimensiones precisas y ser de acceso restringido, permitiendo solo su entierro y el de su coadjutor, el licenciado Vaca.
Detalles Arquitectónicos y Condiciones del Fundador
El sepulcro del canónigo debía estar elevado, sirviendo de base para el altar. En la clave del arco, se colocó su escudo de armas, acompañado por un letrero que indicaba el nombre del fundador y la fecha de finalización de la obra, detalles que pudieron ser leídos siglos después por el historiador Sánchez Cabañas
La Transformación en Pudridero en el Siglo XVIII
En el siglo XVIII, esta capilla fue transformada en lo que hoy conocemos como el pudridero de la Catedral de Ciudad Rodrigo. Los pudrideros eran lugares destinados a albergar temporalmente los cuerpos de los canónigos y otros clérigos hasta que, tras un periodo de entre 25 y 30 años, sus restos eran trasladados a otros espacios como las criptas.
Un Fenómeno Común en Edificios Religiosos
Aunque su nombre pueda resultar macabro, los pudrideros eran comunes en catedrales y monasterios, con ejemplos notables como el del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, destinado a la realeza española
El Pudridero Hoy: Un Testigo Silencioso de la Historia
Hoy en día, la capilla de San Jerónimo, situada bajo el terraplén de la muralla de Ciudad Rodrigo, sigue guardando los secretos de aquellos tiempos. Su fachada muestra un gran vano adintelado coronado por un frontón con restos de decoración en negro y oro, mientras que en su interior encontramos un espacio cubierto con una bóveda de cañón, que nos recuerda las profundas raíces históricas y religiosas que atraviesan las paredes de esta catedral.
Si tienes la oportunidad de visitar Ciudad Rodrigo, no dudes en adentrarte en su catedral y descubrir la historia oculta que guarda este fascinante rincón de Salamanca.